| Me encuentro viviendo un sueño, donde no me aferro a nada. Donde no disfruto ni detesto nada. Simplemente lo dejo pasar, hasta que acabe. No me importa seguir soñando, ni me importa si me despierto ahora. No siento aprecio ni odio. Sólo indiferencia por todo. Contemplo todo esto pasando delante de mis narices, sin ver el final, sin esperarlo, sin temerlo. No tengo prisa por acabar el camino, y aunque lo normal es disfrutar del paseo, yo voy ensimismado por la vida, con la mirada perdida, sin levantar la cabeza del suelo, sin atender a nada de lo que me rodea, y sin importarme lo que pueda encontrar cuando la levante. |
