Acabo de fijarme en un lugar en ruinas. Está rodeado de otros edificios más llamativos, con los que no puede competir. Muchos pasan por delante sin darse cuenta. Unos pocos se asoman por la puerta a ver qué hay dentro. Pero nadie se anima a entrar, a pesar de que sus puertas están abiertas a todo el mundo. Tras la puerta no hay nada interesante. No hay nada especial en el interior. A nadie le interesa entrar en ese edificio vacío y abandonado. Pero la puerta esta siempre abierta, no se cierra a nadie. Sale y entra de ella quien quiere. De vez en cuando entra alguien curioso en el edificio, para luego marcharse, al no ver nada interesante que le haga quedarse. Y se vuelve a quedar vacío. Y el calor vuelve a marcharse de su interior.
Es un edificio humilde, que no busca llamar la atencion. No se decora para ser más atractivo para la gente. No se oculta tras falsas fachadas. Se muestra tal y como es. Desea que quien entre en él, lo haga porque le gusta tal y como es. Y en su momento, solía gustar. Tenía buen aspecto, como todos los edificios que le rodeaban. Pero ya no atrae a nadie, nadie se anima a entrar. Porque ahora es solo un edificio casi en ruinas, abandonado y dejado a su suerte, que apenas puede tenerse en pie. Su fachada ha dejado de ser atractiva, tras el derrumbe de su pilar maestro. Las paredes estan llenas de dolorosas grietas, provocadas por la falta de su principal soporte, y agravadas por la ausencia de calor en su interior, que se marcho cuando las heridas destruyeron su belleza interior. Sus muros desean venirse abajo para no seguir sufriendo ese vacío, pero la escarcha se cuela en las grietas, insensibilizando sus heridas, y evitando que sea capaz de sentir algo.
Poco a poco, su interior se fue congelando. Hasta que llego el momento en que no pudo sentir nada. Solo frio. Ya no podia sentir, ni si quiera aquellos deseos de ser solo polvo y escombros; unas ruinas más. El frio le hizo perder sus fuerzas y entró en un cansancio del que no saldria. Ya no podia mantenerse en pie, pero no era capaz de caer. Asi que decidio no seguir esforzándose. Ha abandonado tanto sus esfuerzos por caer y desaparecer,como por seguir en pie. Ya nada le importa. Solo es un bloque de hielo esperando el momento de quebrar. Está cansado.
...no se hace daño a nadie al demoler un edificio vacío...
Un buen reflejo.
|
